AVATARA DE LA NUEVA ERA DE ACUARIO.

lunes, 31 de agosto de 2020

On lunes, agosto 31, 2020 by V.M. SAMAEL AUN WEOR in    No comments

Pongan el máximo de atención. Ante todo, es necesario saber que desde el año 1 962, el 4 de febrero, entre las dos y tres de la tarde, se inició la Era de Acuario, del Aguador. Hubo un acontecimiento que ustedes recordarán en sus memorias, me refiero a aquel congreso de mundos, de planetas que se encontraron, precisamente, en la constelación del Aguador. Fue verdaderamente un embotellamiento del tránsito celeste, un encuentro de mundos. Hubo un eclipse de sol y de luna.


  

Hacía muchos años que veníamos nosotros hablando de tal evento cósmico y habíamos dado hasta la hora. Habíamos aseverado juiciosamente que tal acontecer tendría lugar el 4 de febrero de 1962, entre la dos y tres de la tarde. Hecho que sucedió concretamente. Teníamos como 15 o 20 años de venir diciendo lo mismo. De manera que cuando el hecho acaeció, cuando el acontecer llegó, a ninguno de los hermanos del Movimiento Gnóstico Internacional les cayó de nuevo. Únicamente vieron confirmado lo que se había dicho con tanta anticipación.

Un congreso de mundos, tal como acaeció en esa fecha y año, a esa hora, no se da todos los días, sino únicamente cuando se inicia una nueva era. Así pues, hechos son hechos y ante los hechos tenemos que rendirnos. Mas eso no es todo, desde aquella fecha algo más está por acontecer.

Ya sabemos que Acuario está gobernado por Saturno y Urano y que es completamente revolucionario. Saturno está alegorizado en la alquimia por el cuervo negro, el regreso al caos primitivo, original. En cuanto a Urano, está perfectamente demostrado que es rebelde ciento por ciento, revolucionario, catastrófico.

En esta cuestión relacionada con las estrellas, hay acontecimientos, hay sucesos que bien vale la pena conocer. Se ha hablado mucho sobre Alcione y esto nos invita a la reflexión. Alguna vez, en los mundos superiores, hube de platicar con él ampliamente. Entonces pude evidenciar que sí en verdad es un Adepto de la Gran Fraternidad Blanca.

Mucho dijo sobre Alcione y citó a Krishnamurti, en alguna forma lo relacionó con aquella estrella. Esto es profundamente significativo. Alcione es un sol bastante interesante. Alrededor de ese sol giran otros tantos soles. Se ha dicho que el sol que nos alumbra es el séptimo sol que gira alrededor de Alcione. No lo admitirán naturalmente los sabios de la ciencia oficial, pero los esoteristas no ignoramos la realidad de lo que significa ese gran sol.

Hay un gran juego de mundos alrededor de Alcione, son siete soles y cada uno de ellos alumbra y da vida a los planetas y satélites que giran en su respectiva órbita. No podemos negar que este sol que nos alumbra tiene su grupo de mundos, a los cuales alumbra y da vida. Cuando uno comprende la forma en que se organizan los sistemas de soles y cómo giran éstos alrededor de sus centros gravitacionales, pues avanza mucho sobre el terreno del conocimiento.

Las Pléyades han sido citadas por las Sagradas Escrituras, por la Biblia y por muchas enseñanzas de tipo esotérico. Alcione es, precisamente, el sol principal de las Pléyades y a su alrededor gravitan 7 soles, siendo nuestro sol el séptimo que gira alrededor de Alcione. Cada sol es el centro de un sistema solar y Alcione es el centro de 7 sistemas solares. Esto nos invita reflexionar un poco.

Recordemos a Saturno con sus grandes anillos de piedra, arena meteórica y roca, etc., etc. Estos anillos están limitados exclusivamente a Saturno. Mas es bueno saber que Alcione también tiene sus anillos. Estos en sí mismos son más grandes que los de Saturno, y a diferencia de los de Saturno, que están construidos de roca, piedras meteóricas, arena y materiales de distinta especie, los de Alcione indudablemente forman un todo único y son radioactivos. Están constituidos por radiaciones.

Pero, ¿a qué clase de radiaciones me quiero referir? Sencillamente a las radiaciones que resultan del fraccionamiento del electrón. Los electrones fraccionados liberan energía, un tipo de energía que algunos autores llaman manashica. Este término es sánscrito y de alguna manera se relaciona con el manas inferior o mente inferior, o con el manas superior o mente superior. Tales electrones liberan un tipo de energía desconocida.  Si  el  animal  intelectual, equivocadamente llamado hombre, pudiera desintegrar los electrones como desintegra el átomo, obviamente estaría preparado para provocar una catástrofe, que no solamente afectaría la parte tridimensional de Euclides, sino aún más, afectaría las regiones sefiróticas de Hod o mundo de las emociones, o a Netzach, mundo de la mente, o tal vez hasta Tiphereth, mundo de las causas naturales. Esas regiones sufrirían grandes daños.

Si algún loco de los terrícolas pudiera desintegrar el electrón, tendría una energía diferente a la que resulta del fraccionamiento de los átomos. Energía aún más terrible que la energía de la bomba H o cualquier otro elemento mortífero. Afortunadamente los científicos aún no son capaces de fraccionar el electrón y aprovechar la energía encerrada en ellos. En Alcione se dan casos en que los electrones son fraccionados, destruidos. Liberan un tipo de energía desconocido, diferente a los rayos catódicos, rayos X o rayos N.

Por allá, por el año de 1974, tres astronautas que gravitaban alrededor de la Tierra informaron de un tipo de radiación, o un tipo de energía desconocida, insospechada para la ciencia oficial. Obviamente, desde 1962, específicamente desde el 4 de febrero del citado año, nuestro planeta Tierra y, en general, todo el sistema solar, ha estado a punto de entrar en los terribles anillos de Alcione.

Tales anillos se extienden a unos cuantos años luz, son inmensamente descomunales. Sin embargo, en un momento dado, nuestro sistema solar entrará en los anillos de Alcione. Lo que habrá de suceder, muy pocos lo sospechan. Si la Tierra entra primero, está dicho por Paul Otto Hess, parecería todo como un gran incendio, como un verdadero fuego pictórico de luces.

Mas si fuese el sol el primero en entrar, de acuerdo con los cálculos que se han hecho, tal radiación interferiría con los rayos solares y por este motivo habría una obscuridad que duraría 110 horas, después de lo cual todo se normalizaría y, a diferencia de la primera, en que todo parecería un gran incendio, en este. segundo caso las tinieblas envolverían a la Tierra. Pero realmente no habrían tinieblas, porque todo estaría salpicado de luces; para darles una idea, sería como una lluvia de estrellas sobre la faz de la Tierra. Después, todo volvería a normalizarse. De todas maneras ya nuestra Tierra, metida dentro de los anillos de Alcione, estará sometida a una vibración muy especial.

Las moléculas, fueran éstas de hierro, fósforo, calcio, cobre, nitrógeno, carbono, almidón, etc., etc., serían completamente modificadas debido a la radiación. Esto implica que ustedes verán un cambio en la materia. Creen los hombres de ciencia que conocen la materia, pero realmente no la conocen. El concepto que se tiene sobre la materia no pasa de ser eso, un concepto y nada más. La materia como substancia es desconocida para los físicos.


No digo que la materia meramente física no pueda destruirse, pero la substancia en sí misma, ese famoso ILIASTER que después de la gran noche cósmica reposa entre las tinieblas profundas del abismo o espacio sin fondo, eso no lo conocen los científicos modernos. Los átomos ofrecen muchas sorpresas. Los científicos nada saben sobre los átomos antes de la existencia y mucho menos podrán saber de los átomos cuando el universo deje de existir.

Los átomos ofrecen muchas sorpresas que el hombre de ciencia, física nuclear, ni remotamente sospecha. Los átomos llevan en su interior eso que los hebreos llaman partículas ígneas, hachín o almas ígneas. Esas almas ígneas son formidables, sin ellas no podrían los átomos procesarse en la constitución viva de la materia.

Así que, en realidad de verdad, nadie conoce los poderes de, por ejemplo, unos cuantos granos de arena. Podríamos estar seguros que nadie sabe los poderes allí encerrados y de lo que son capaces los hachín o almas ígneas, que están encerrados en cada átomo. Los grandes magos de Oriente saben trabajar con esas partículas ígneas de los átomos y en el caos. Esos átomos, impulsados por las partículas ígneas, obviamente desarrollan poderes formidables que ni remotamente sospechan los científicos modernos.

No se extrañen, pues, de lo que digo, que las radiaciones ígneas o radiaciones vivificantes de los átomos de Alcione vengan a alterar las moléculas de la naturaleza. Esta radiación, envolviendo la Tierra, será terrible, tan terrible que no volverá haber noche durante 2,000 años. Toda la Tierra quedará envuelta en tal radiación y no será necesaria la luz del sol para poder ver. Esta radiación iluminará hasta las cavernas más profundas y durante dos mil años no habrá noche, sino un gran día continuo sin noche. Así está escrito y los mejores sabios están de acuerdo en ello.

Obviamente, los hombres de ciencia no aceptarán lo que nosotros estamos afirmando enfáticamente hoy. De ninguna manera lo aceptarán, porque no comulga con sus dotes cientifistas, pero esto es una realidad. Los organismos de todos los seres serán modificados, igual plantas que animales , etc., etc. Muchas plantas que hoy no existen, muchas especies animales cuyos gérmenes están latentes en el fondo de los mares, o en las rocas, o en las montañas más apartadas, serán vivificadas por la radiación y como consecuencia o corolario vendrán a tomar existencia.

Este acontecimiento se sucede cada 10,000 años. Ha sucedido anteriormente y volverá a suceder, porque obedece al tránsito celeste y forzosamente nuestro sistema solar tiene que pasar por los anillos de Alcione. Algunos podrán decir que Alcione está muy lejos, que se trata de una Pléyade y que nada tiene que ver con nuestro sistema solar. Es muy bonito hablar así, en forma ignorante. Pero la realidad es que el sol que nos alumbra forma parte de Alcione y es el séptimo. Se trata de un sistema de soles que giran alrededor de Alcione.

El evento antes citado se procesará o durará 2,000 años. La radiación de los anillos de Alcione ejercerá una influencia específica sobre la rotación de nuestro planeta. Esto significa que la velocidad de rotación sobre su eje se hará más lenta y, como consecuencia o corolario, nuestro mundo seguirá girando alrededor del sol pero en una Órbita más amplia. Se alejará un poco más del centro solar.

La verticalización de los ejes de nuestro planeta, con respecto a la eclíptica, será un hecho concreto. Los polos se están deshielando debido a la desviación de los ejes de la Tierra. Eso ya está demostrado. Hoy en día el polo magnético ya no coincide con el polo geográfico. Con la radiación terrible de Alcione, los polos precipitarán su desviación.

Dijo el conde de Saint Germain: “Lo primero en a Iterarse serán las estaciones de prima vera y verano”. Cosa que ustedes pueden ver perfectamente, esta primavera de todo ha tenido menos de primavera (año 1977).

En plena primavera hemos tenido que soportar frío. También el verano no ha sido lo mismo, parece que las estaciones están llamadas a desaparecer. Los polos se están deshielando y con la radiación de Alcione se precipitará este proceso. Los hielos invadirán todo el Norte, todo el Sur, solamente la zona ecuatorial se hará soportable. ¡Viene una nueva glaciación!

La Tierra ya ha soportado otras glaciaciones anteriormente y viene una nueva. El frío que hubo hace poco en los Estados Unidos fue como nunca antes se había visto. ¿Cuando será que nuestra Tierra, o mejor dijéramos, nuestro sistema solar, va a penetrar en los terribles anillos de Alcione? ¿Cuándo será que empecemos a cruzar ese anillo, que cada 10,000 años tenemos que cruzarlo? Ningún científico podría decirlo, realmente es imprevisible. Pero desde 1962 se está a punto de entrar en ellos. No debe sorprendernos que de un momento a otro ya entremos a los anillos de Alcione.

Me remito a los hechos, los tres astronautas que en 1974 estuvieron en órbita alrededor de la Tierra fueron quienes informaron de un tipo extraño de radiación. Vendrá un cambio terrible en la naturaleza, eso es obvio. Pero el colmo de los colmos habrá de sucederse con la llegada de Hercólubus. El acontecimiento de Hercólubus va precedido con la entrada de nuestro planeta Tierra en los anillos de Alcione. Será entonces cuando vendremos a comprender que la materia física no siempre es la misma.

Si ustedes creen que la materia física, ésta que compone nuestro mundo, estuvo siempre con las mismas fórmulas matemáticas, están completamente equivocados. Fue distinta en la época polar, Hiperbórea, Lemúrica, atlántica y ahora, al cruzar por los anillos de Alcione, sus fórmulas matemáticas cambiarán totalmente.

Resultado: Los elementos que hoy pueden servir para la medicina, por ejemplo, ya no servirán. Las fórmulas que se utilizan para tratar a los vegetales resultarán superfluas. Las fórmulas para los animales quedarán “fuera de onda”, como se dice. Los conocimientos de la física contemporánea serán el hazmerreír de todo el mundo. Todo lo que en química actual se está enseñando, dentro de pocos años, con la entrada a la radiación de Alcione, resultará inútil porque ya la química cambiará de fórmulas. Una vez más evidenciaremos la ley del péndulo.

Estamos empezando el gran ciclo de las transformaciones, que se inició el 4 de febrero de 1962 entre las 2 y 3 de la tarde, a despecho de lo que digan aquellos tercos. Nosotros nos remitimos a los hechos. Nunca había habido una concentración más grandiosa en el cielo como la del 4 de febrero de 1962. No nos sorprendamos, pues, de que de un momento a otro nuestro sistema solar entre en los anillos de Alcione. Debemos prepararnos desde ya. Muchos no podrán resistir la radiación y morirán.

La materia física se hará más radioactiva, más fosforescente y esto resultará en alguna forma como ayuda para nuestro trabajo. Es claro que nosotros debemos estar revisando nuestra conducta diariamente. Debemos volvernos más reflexivos, más cuidadosos con nuestros juicios críticos y muy especialmente más atentos con nuestras emociones negativas.



En el terreno mismo de la psicología encontramos mucho desorden en las gentes. Todo el mundo es arrastrado por las emociones negativas y esto es gravísimo. No hay nada mas dañino para el desarrollo interior profundo que las emociones negativas. Cuando ustedes sean asaltados por una emoción negativa, exprésense de ella lo mejor posible. Si una emoción negativa ha llegado, una emoción negativa de envidia nos está carcomiendo hasta la médula de los huesos, expresémonos de ella en forma armoniosa, no en favor de la envidia, sino del bien ajeno.

Si una emoción de ira nos está sacudiendo en un instante dado, hablemos con una dulzura extraordinaria y, en vez de sentirnos molestos por aquello que nos ha herido, hablemos bien de aquel que nos ha ofendido. Así no seremos heridos internamente. No es cosa fácil expresarse bien cuando se tiene una emoción negativa, pero así debe ser. Si tenemos una emoción de enojo, porque alguien nos ha molestado, hablemos con amor y en bien de aquel que nos ha molestado.

Es claro que no debemos quedarnos en la superficie. Necesitamos eliminar aquellos elementos psíquicos indeseables que de momento en momento nos han producido una emoción negativa, sea de ira, envidia, odio, lujuria, orgullo, etc., etc. Hay que hacer por lo menos eso, mientras eliminamos los agregados que nos han producido las emociones. Así no seremos heridos.

Incuestionablemente, este mundo de 48 leyes está a punto de entrar en los anillos de Alcione. Todo mundo está sacudido por emociones negativas y nada puede ser más contagioso que ellas. Existen bacterias, virus, de ello no hay ninguna duda. Las bacterias originan muchas enfermedades, esto está demostrado en los tubos de ensayo. En cuanto a los virus patógenos, son infinitamente pequeños y por tanto más dañinos. Veamos por ejemplo el virus del cáncer, que aunque algunos piensen que no se ha logrado aislar, tenemos que informar que en Israel ya se aisló. No sabemos con qué nombre se bautizó.

Nosotros lo bautizamos con el nombre de cancro y hemos hablado ampliamente de él. Es tan pequeñito que se necesita un poderoso microscopio electrónico para poderlo estudiar. En todo caso, los virus, por ser tan pequeños, resultan más peligrosos, más contagiosos. Sin embargo, las personas negativas o de emociones negativas resultan más contagiosas que los virus y bacterias.

Esas gentes refunfuñonas, llenas de envidia, que a todas horas están fastidiando, esas gentes llenas de morbo a cada instante, esas gentes que tienen complejo de persecución, hechizadas, que todo el mundo las odia, son negativas y contagian a los grupos, a los demás. En nuestro trabajo aislamos a tales personas. Si no comprenden, si se sienten molestas y piensan que no se les quiere, se equivocan, se les ama y se les insinúa que traten de volverse positivas, simpáticas, magnéticas. Se les brinda la oportunidad de nuestros estudios, pero se les aísla en cierto sentido, porque son peligrosas para los grupos.

Una persona negativa puede contagiar a otras personas negativas, y si dicta una conferencia contagia a miles de personas. Son más peligrosas, miles de veces más peligrosas que los virus y bacterias. Hay que especificar quiénes son las personas negativas y cuáles son las emociones negativas. No basta decir fulano es una persona negativa o zutano, no, hay que especificar quiénes son los negativos.

Si una persona está todo el día gritando, refunfuñando, vociferando; ¿será positiva o negativa. Sí una persona está en el esoterismo y a todas horas se siente hechizada, embrujada, y su vida se desenvuelve en concepto de eso ¿será positiva o negativa? Si una persona es tremendamente lujuriosa y su vida se procesa en razón de la lujuria, si está llena de espantosas emociones y ve en cada persona del sexo opuesto una oportunidad sexual, ¿qué diríamos de esta persona? Si una mirada del sexo puesto lo agita y eso es suficiente para que a todas horas esté con su lujuria, ¿qué podríamos pensar? Obviamente se trata de una persona negativa, esa persona viene a infectar a otras personas, claro que sí.

Si una persona anda de instante en instante con emociones negativas, infecta a todo mundo. El iracundo que a todas horas truena y relampaguea, infecta a otros con su ira. Una persona que a todos horas se siente perseguido, es negativa. Me viene a la memoria el caso de un amigo mío, que tenía la costumbre de ponerse las manos debajo de la faja del pantalón. Un sujeto se le acercó pistola en mano y le dijo: -¿Que se trae usted conmigo? Mi amigo le contestó: -¡Nada! - Y ¿por que tiene las manos así? - Es una costumbre que yo tengo, señor (contestó mi amigo). -¡Ahí, bueno (exclamó el otro), dispénseme, es que traigo “cola” (ira).

He  allí un ejemplo de alguien negativo que contagia a todo mundo. Gentes así tienen que apartarse de los grupos, no entienden o no comprenden que son negativos; creen que uno no los ama y se les ama sencillamente. Son gentes contagiosas e impiden el desarrollo interior profundo del Ser. He allí la parte grave. Es necesario que nosotros nunca nos dejemos llevar por emociones negativas, desde el punto de vista psicológico.

Se tiene el anhelo de poder visitar o entrar en las regiones sefiróticas del espacio. Una cosa es captar un sefira y otra cosa es penetrar en su región. Obviamente los sefiroth son atómicos y nosotros como gnósticos tenemos que penetrar en el árbol de la vida. Debemos saber que hay distintas regiones sefiróticas en el espacio, penetrar en ellas es maravilloso. ¿Cómo podríamos entrar en la región cabalística de Hod, si no tenemos un cuerpo psicológico?

Existen desdoblamientos psicológicos. Los diversos agregados psicológicos, en un instante dado, pueden integrarse para penetrar en el sefira Hod. Pero sería una entrada muy subjetiva, no tendría la misma objetividad como cuando se ha creado el segundo cuerpo. Hay que crear un cuerpo para esas emociones ¿A qué clase de emociones me refiero? A las emociones superiores. Las emociones inferiores son obstáculos para la experiencia de lo real y para el crecimiento anímico del Ser.

Si queremos crear un segundo cuerpo para entrar en la región sefirótica de Hod, es obvio que no debemos gastar nuestras energías torpemente dejándonos llevar por las emociones negativas, sean de violencia, odios, celos, orgullos o de lo que sea. Si se gastan sus energías en emociones inferiores, ¿con qué energía se va a crear el cuerpo psicológico? ¿De qué manera, si las están gastando?

Para crear el cuerpo psicológico es necesario ahorrar las energías, para explorar después esas regiones de Hod (se nos ha dicho que esas inmensas regiones están gobernadas por seres inefables, por seres solares, por ejemplo, los Beni-Elohim, los hijos de Dios que moran en tan vastas y profundas regiones). Sólo el que ahorra energía puede penetrar a las profundidades de Hod.

A los misterios de la vida y la muerte no sería posible penetrar o tener acceso sin el cabalista Hod. Eso es obvio. Empecemos por ahorrar la energía. Cuando una emoción negativa nos sacude, bien vale la pena que nosotros conozcamos qué clase de agregado psicológico la ha producido y, después de haberlo observado en acción, someterlo a la técnica de meditación, para desintegrar tal agregado. De lo contrario, ¿cómo haríamos?

Lo más grave es que las emociones negativas vuelven mentiroso al ser humano. La mentira produce una conexión equivocada, porque la energía del Anciano de los Días, que fluye armoniosa y perfecta a través de los diez sefiroth de la cábala hebraica, hasta llegar a Malkuth, el reino, la persona física, psicofísica, en el mentiroso se conecta mal. Este produce una dislocación intencional de su mente y como consecuencia surge la mentira, es decir, una conexión equivocada.

Se puede ser mentiroso por una emoción negativa, que nos vuelve calumniadores y mentirosos, o se puede ser mentiroso conscientemente y a voluntad. En todo caso es una conexión negativa de la mente con los centros superiores del Ser. Se produce una dislocación de la mente con los centros superiores del Ser. Se debe decir la verdad cueste lo que cueste y salga como salga. Decir la verdad y nada más que la verdad, es la cruda realidad de los hechos.

Las emociones negativas vuelven mentirosas a las personas. El karma de los mentirosos es la monstruosidad. Niños que nacen con dos cabezas, deformes, se han conectado mal con los centros superiores del Ser. Consecuencia: se viene a la existencia con cuerpo deforme. He allí la mentira. Debemos poner mucha atención a esta cuestión.

Cuando se ha formado un segundo cuerpo psicológico, que nos permite entrar a las regiones sefiróticas de Hod, se puede evidenciar por si mismo lo que es la mentira, la falsedad. Michael, se dice que es el regente de tal sefira y es obvio que él resplandece maravillosamente en esa región.

¿Cómo podríamos explorar esas regiones si somos mentirosos, si somos víctimas de las emociones negativas? Obviamente no es posible. ¿Cómo podríamos explorar las regiones de Netzach, si no nos conectamos correctamente con los centros superiores del Ser?

Para explorar la región de Netzach se necesita haber creado un cuerpo psicológico mental, de lo contrario, es imposible.

Nadie puede crear un cuerpo psicológico si se deja llevar por las emociones negativas. No habría energía suficiente como para poder crear una mente individual, que nos permitiera explorar las regiones psicológicas de la mente universal.

Para poder explorar las regiones de Hod o Netzach se necesita aprender a decir la verdad y nada más que la verdad, y nadie puede decir la verdad cuando se deja llevar por las emociones negativas.

Necesitamos obedecer al Padre, y quienes se dejan llevar de las emociones negativas no obedecen al Padre. El Padre es la Verdad y nada más que la Verdad. Para obedecer al Padre las conexiones deben ser perfectas.

Debe uno aprender a conectarse con el Padre en forma armoniosa, correctamente. Aquel que ha llegado a formar el cuerpo de la voluntad consciente, obviamente ha aprendido a obedecer al Padre.

Todos en el fondo tenemos al Anciano de los Días, tal como lo menciona Ben Hod Chain, gran cabalista, pero son pocos los que saben obedecer al Anciano de los Días. Uno no puede obedecer al Anciano de los Días si no hace la voluntad del Padre.

No hace la voluntad del Padre, quien miente. No hace la voluntad del Padre, quien se deja llevar por las emociones negativas.

Así pues, mis caros hermanos, es necesario aprender a vivir sabiamente. Necesario es aprender a explorarnos, a autobservarnos mejor.

Vamos pues a entrar ahora a una época extraordinaria, la gran selección ha comenzado. No toda la humanidad que puebla la faz de la Tierra servirá para semillero de la gran futura sexta raza, que habrá en el mundo futuro.

Una vez que la Tierra entre en los anillos de Alcione, se evidenciará más todo aquello que nosotros, los trabajadores de la Gran Obra, hemos dicho.

El árbol de la vida es la médula espinal. El árbol de la sabiduría son los diez sefiroth, con cuyos creadores veintidós arcanos mayores, letras, sonidos y números, el Logos creó el universo del Ain  Soph emana toda la creación, pero la creación no es igual, ni en esencia ni en potencia al Ain Soph. La primera emanación del Ain Soph es el inefable Anciano de los Días, que es el Ser de nuestro Ser, el Padre y Madre en nosotros.

Samael Aun Weor

On lunes, agosto 31, 2020 by V.M. SAMAEL AUN WEOR in    No comments

Nuestro tema de hoy está relacionado con la cuestión de la transformación de uno mismo. En nuestras pasadas pláticas, mucho dijimos sobre la importancia que tiene la vida en sí misma; dijimos, también, que un hombre es lo que es su vida y que ésta es como una película que al desencarnar, nos la llevamos para revivirla (En forma retrospectiva) en el mundo astral, y que al retornar, la traemos para proyectarla otra vez sobre el tapete del mundo físico.



Es claro que la ley de la Recurrencia existe y que todos los acontecimientos se repiten, que todo vuelve realmente a ocurrir tal como sucedió, más las consecuencias buenas y malas; eso es obvio.

Ahora bien, lo importante es conseguir la transformación de la vida, y esto es posible si uno se lo propone, profundamente...

«Transformación» significa que una cosa cambia en otra cosa diferente. Es lógico que todo está sometido a cambios.

Existen transformaciones muy conocidas de la materia; nadie podría negar, por ejemplo, que el azúcar se transforma en alcohol y que el alcohol (a su vez) se convierte en vinagre por la acción de los fermentos (esta es la transformación de una substancia molecular en otra substancia molecular). Uno sabe, por la nueva química de los átomos y elementos, que el radio, por ejemplo, se transforma lentamente en plomo.

Los Alquimistas de la edad media hablaban de la «Transmutación del plomo en oro» sin embargo, no siempre aludían a la cuestión metálica, meramente física. Normalmente querían indicar, con tales palabras, la transmutación del «Plomo» (éste de la personalidad) en el «Oro» del espíritu; Así, pues, conviene que reflexionemos en todas estas cosas.

En los EVANGELIOS, la idea del hombre terrenal ( comparado éste a una semilla capaz de crecimiento), tiene la misma significación, como la tiene también la idea del renacimiento, de un hombre que «nace otra vez». Sin embargo, es obvio que si el grano no muere, la planta no nace; en toda transformación existe muerte y nacimiento, o   muerte y resurrección.

Ya uno sabe que en la Gnosis, consideramos al hombre como una fábrica de tres pisos que absorbe, normalmente, tres alimentos.

El alimento común, normalmente le corresponde al piso inferior de la fábrica (a la cuestión esta del estomago). El aire, naturalmente, esta en el segundo piso, pues se haya relacionado con los pulmones y las impresiones, indubitablemente están íntimamente asociadas al cerebro, o tercer piso (esto es cuestión de OBSERVACION, ¿verdad, hermanos?).

El alimento que comemos, sufre sucesivas transformaciones (esto es incuestionable). El proceso de la vida en si misma, por si misma, es la transformación. Cada criatura del Universo, mis estimables hermanos, vive mediante la transformación de una substancia en otra. Un vegetal, por ejemplo, transforma el aire, el agua y las sales de la tierra, en nuevas substancias vitales, en elementos útiles para nosotros, como son (por ejemplo) las nueces, las frutas, las papas, o los limones, las judías, los guisantes, etc. Así, pues todo es TRANS-FOR-MA-CIÓN.

Por la acción de la luz solar, obtenemos los variados fermentos de la naturaleza. Es incuestionable que la sensible película de vida, que normalmente se extiende sobre la faz de la tierra, conduce toda la FUERZA UNIVERSAL hacia el interior mismo del mundo planetario en que vivimos.

Pero cada planeta, cada insecto, cada criatura (el mismo animal intelectual equivocadamente llamado hombre), absorbe, asimila determinadas fuerzas cósmicas y luego las transforma y retransmite (inconscientemente) a las capas anteriores del organismo planetario.

Tales fuerzas, transformadas, se hayan íntimamente relacionadas con la economía de este organismo planetario en que vivimos. Cada criatura, según su especie, transforma determinadas fuerzas que luego retransmite al interior de la tierra, para la economía del mundo. También las demás criaturas, las distintas especies (las plantas, etc.), cumplen la misma función.

Sí, en todo existe transformación. Así, pues, la epidermis de la tierra es un órgano de transformación...

Cuando comemos el alimento, tan necesario para nuestra subsistencia, este es transformado (claro está, etapa tras etapa) en todos esos elementos vitales, tan indispensables para nuestra misma existencia.

¿Quien realiza, dentro de nosotros, ese proceso de transformación de las substancias? ¡El centro instintivo! ¡Cuan sabio es tal centro! ¡Realmente, nos asombramos de la sabiduría de dicho centro!.

La digestión en sí misma, mis estimables hermanos, es transformación. Todos pueden ver que el alimento tomado por el estómago (es decir, la parte inferior de esta fábrica de tres pisos, que es el organismo humano) se transforma.

Si un alimento por ejemplo, pasara por el estómago y no se transforma, el organismo no podría asimilar sus principios (sus vitaminas, sus proteínas); eso sería, sencillamente, una indigestión. Así pues, conforme nosotros vamos reflexionando en esta cuestión, llegamos a comprender la necesidad de pasar por una Transformación.

Claro está que los alimentos físicos se transforman; mas hay algo que nos invita mucho a la reflexión: no existe una transformación (por ejemplo) adecuada de las impresiones. Para el propósito de la naturaleza, propiamente dicha, no hay necesidad alguna de que el animal intelectual equivocadamente llamado hombre, transforme realmente las impresiones.

Pero un hombre puede transformar sus impresiones, por si mismo, si posee (naturalmente) el conocimiento de fondo, esotérico, y comprende el por que de esa necesidad (resultaría magnífico transformar las impresiones).

La mayoría de las gentes, en el terreno de la vida práctica, creen que este mundo físico les va a dar, exactamente, lo que anhelan y buscan, y he ahí, mis estimables hermanos, una tremenda equivocación. La vida en sí misma, entra en nosotros, en nuestro organismo, en forma de meras impresiones.

Lo primero que realmente debemos comprender, es el significado de este trabajo esotérico, relacionado íntimamente con la cuestión de las impresiones. ¿Que necesitamos transformar la vida? ¡Es verdad! Y uno no podría realmente transformar su vida, si no transforma las impresiones que le llegan a la mente. Es urgente, pues, que los que escuchen esta cátedra, reflexionen en lo que aquí estamos diciendo...

No existe, realmente, tal cosa como la vida externa (y vean ustedes que estamos hablando de algo muy revolucionario, pues todo el mundo cree que lo físico es lo real; pero si vamos un poquito mas al fondo, lo que realmente estamos recibiendo a cada instante, a cada momento, son meramente Impresiones).

Vemos a una persona que nos agrade o que nos desagrade, y lo primero que obtenemos son impresiones de esa naturaleza. ¿Verdad? Esto no lo podemos negar.

La vida es, dijéramos una sucesión de impresiones (y no como creen muchos ignorantes ilustrados: una cosa sólida, física, de tipo exclusivamente material): la realidad de la vida son sus impresiones, claro esta que la idea que estamos emitiendo a través de esta grabación, resulta ciertamente difícil de capturar, de aprehender; constituye un trabajoso punto de intersección.

Es posible que ustedes que me estén escuchando, tengan la certeza de que la vida que tienen existe como tal, y no como sus impresiones. Están tan sugestionados ustedes por el mundo físico, que obviamente así piensan.

La persona que vemos sentada, por ejemplo, en una silla (allá, con tal o cual traje de color), aquel que nos sonríe mas allá, aquel que va tan serio, etc., es para nosotros cosa real, ¿verdad? pero si meditamos (profundamente) en todo lo que vemos, llegamos a la conclusión de que lo real son las impresiones.

Estas, como ya dije, llegan a la mente, a través (claro esta) de las ventanas de los cinco sentidos. Si no tuviéramos, por ejemplo, ojos para ver, ni oídos para oír, ni tacto para tocar, ni olfato para oler, o ni siquiera gusto para gustar los alimentos que entran en nuestro organismo, ¿existiría acaso, para nosotros, esto que se llama mundo físico? ¡Claro que no, absolutamente no!

Así pues, la vida nos llega en forma de impresiones, y es ahí, donde existe la posibilidad de trabajar sobre nosotros mismos.



Ante todo (si eso queremos hacer), pues hay que comprender el trabajo que debemos hacer. Si no hiciéramos ese trabajo en forma correcta, ¿como podríamos lograr una transformación psicológica, en si mismos? Es obvio que el trabajo que vamos a realizar sobre si mismos, debe ser sobre las impresiones que estamos recibiendo a cada instante, a cada momento.

Y a menos que lo aprehenda, o capture, etc., nunca nadie comprendería el significado de lo que en el trabajo es llamado el PRIMER CHOQUE CONSCIENTE.

El CHOQUE se relaciona con esas impresiones que son todo cuando conocemos el mundo exterior, que estamos recibiendo, que tomamos como si fueran las verdaderas cosas, las verdaderas personas.

Necesitamos, pues, transformar nuestra vida, y esta es INTERNA. Al querer transformar, pues, estos aspectos psicológicos de nuestra vida, obviamente necesitamos trabajar sobre las impresiones (que entran en nosotros claro esta)...

¿Por que llamamos nosotros, al trabajo sobre la transformación de las impresiones, el PRIMER CHOQUE CONSCIENTE? Por un motivo, mis queridos hermanos gnósticos, por un solo motivo: porque, sencillamente, es algo que en modo alguno podríamos efectuar en forma meramente mecánica.

Esto no sucede jamas mecánicamente, se necesita de un esfuerzo auto-consciente.

Es claro que un aspirante gnóstico que comience a comprender esta clase de trabajo, obviamente (por tal motivo) comienza también a dejar de ser un hombre mecánico que sirve, exclusivamente, a los intereses de la naturaleza; una criatura absolutamente dormida, que sencillamente no es mas que una “empleada” de la naturaleza, para los fines económicos de la misma, los cuales no sirven, en modo alguno, a los intereses de nuestra propia Auto-Realización Intima.

Si ustedes comienzan ahora a comprender el significado de todo cuanto en este casset estamos enseñando; si piensan ahora en el significado de todo cuanto se les enseña a hacer, por la vía (dijéramos) del esfuerzo propio (empezando con lo OBSERVACION DE SI MISMOS), verán sin duda, mis queridos hermanos gnósticos, que en el lado practico del trabajo esotérico, todo se relaciona con la transformación de las impresiones y lo que resulta (naturalmente) de las mismas.

El trabajo, por ejemplo, sobre las emociones negativas, sobre los estados de animo enojosos, sobre la cuestión esta de la IDENTIFICACION, sobre la auto-consideración, sobre los YOES SUCESIVOS, sobre la auto-justificacion, sobre la disculpa y sobre los estados inconscientes en que nos encontramos, se relaciona (en todo) con la transformación de las impresiones y lo que resulta de ello.

Así convendrá, mis queridos hermanos gnósticos, que en cierto modo el trabajo sobre si mismos se compare a la disección, en el sentido de que es una transformación. Quiero que ustedes reflexionen profundamente en esto, que comprendan, pues, lo que es el PRIMER CHOQUE CONSCIENTE. Es preciso formar un INSTRUMENTO DE CAMBIO en el lugar de entrada de las impresiones (¡no lo olviden!)

Si mediante la comprensión del trabajo ustedes pueden aceptar la VIDA COMO TRABAJO (realmente esotérico), entonces estarán en un estado constante de RECUERDO DE SI MISMOS. Este estado de conciencia de SI MISMO, los llevara a ustedes (naturalmente) al terreno viviente de la transformación de las impresiones, y así normalmente (o supra-normalmente, mejor dijéramos), al de una vida distinta, en lo que a ustedes naturalmente respecta.

Es decir, que ya la vida no obrara mas sobre todos ustedes, mis queridos hermanos, como lo hacia antes; comenzaran ustedes a pensar y a comprender de una manera nueva, y este es el comienzo, naturalmente, de su propia transformación. Porque mientras ustedes sigan pensando de la misma manera, tomando la vida de la misma manera, es claro que no habrá ningún cambio en ustedes.

Transformar las impresiones de la vida, es transformarse uno mismo, mis queridos hermanos gnósticos, y solo una manera de pensar enteramente nueva, puede efectuarlo. Todo este trabajo, pues, se dirige hacia una forma radical de transformación. Si uno no se transforma, nada logra.

Comprenderán ustedes que la vida nos exige (continuamente) reaccionar. Todas esas reacciones forman nuestra vida, nuestra vida personal. Cambiar la vida de uno, no es cambiar las circunstancias meramente externas, es cambiar realmente las propias reacciones.

Pero si no vemos que la vida exterior nos llega como meras impresiones que nos obligan incesantemente a reaccionar (en una forma, dijéramos, mas o menos estereotipada), no veremos donde empieza el punto que realmente posibilite el cambio, y donde es posible trabajar.

Las reacciones, que forman nuestra vida personal, son casi todas de tipo negativo. Entonces también nuestra vida será negativa, no será mas que una serie sucesiva de reacciones negativas, que se dan como respuesta incesante a las impresiones que llegan a la mente.

Luego nuestra tarea consiste en transformar las impresiones de la vida, de modo que no provoquen ese tipo de reacciones negativas a que estamos tan acostumbrados.

Pero, para lograrlo, es necesario estarnos AUTO-OBSERVANDONOS de instante en instante, de momento en momento. Así las impresiones no llegan de un modo mecánico; esto equivale a empezar a vivir mas conscientemente.

Un individuo puede permitir, darse el lujo de que las impresiones le lleguen mecánicamente, pero si uno no comete semejante error, si transforma sus impresiones, entonces comienza a vivir conscientemente. Por eso se dice que este es el PRIMER CHOQUE CONSCIENTE.

EL PRIMER CHOQUE CONSCIENTE radica, precisamente, en la transformación de las impresiones  que llegan a la mente. Si uno consigue transformar las impresiones que llegan a la mente, en el momento mismo de su entrada, siempre se puede trabajar en el resultado de las mismas. Claro esta que, al transformarlas, evitamos que produzcan sus efectos mecánicos, que siempre suelen ser desastrosos en el interior de nuestra psiquis.

Esto exige un sentimiento definido, una vibración definida del trabajo, una valorización de la enseñanza, lo que significa que este trabajo esotérico debe ser llevado hasta el punto, por así decirlo, donde entran las impresiones, y desde donde son distribuidas (mecánicamente) a su lugar acostumbrado (por la personalidad), para evocar las antiguas reacciones.

Quiero que ustedes vayan entendiendo un poquito mas. Voy a tratar, dijéramos, de simplificar, a fin de que ustedes puedan entender. Pondré un ejemplo: si arrojamos una piedra a un lago cristalino, en el lago vemos que se producen impresiones, y es la respuesta a las impresiones dadas por la piedra (son las reacciones). 

Estas se manifiestan en ondas que van desde el centro hasta la periferia, ¿verdad? Bueno, ahora lleven ustedes, mis queridos hermanos gnósticos, este ejemplo a la mente. Imagínensela, por un momento, como un lago. De pronto, aparece la imagen de una persona.

Esa imagen, dijéramos, es como la piedra de nuestro ejemplo: llega al lago de la mente, y entonces la mente reacciona (las impresiones son las que producen la imagen que llega a la mente; las reacciones son la respuesta a tales impresiones).


Si ustedes tiran una pelota contra un muro, el muro recibe la impresión y viene la reacción, que consiste en que (inconscientemente) regresa la pelota a quien la mando. Bueno, puede que no le llegue directamente, pero de todas maneras rebota la pelota y eso es reacción, ¿verdad?

Bien, hay impresiones que no son muy agradables. Por ejemplo, las palabras de un insultador no son, por cierto, bastante buenas que se diga, ¿no?. Claro que podríamos, dijera, transformar esas palabras del insultador.

Pero si las palabras son como son, ¿entonces que podríamos hacer? ¿transformar las impresiones que tales palabras nos producen? Si, eso es posible, y la enseñanza gnóstica nos enseña a cristalizar la SEGUNDA FUERZA (es decir, al Cristo en nosotros), mediante un postulado que dice:

«HAY QUE RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE NUESTROS SEMEJANTES.»

He ahí, pues, el modo de transformar las impresiones que producen, en nosotros, las palabras de un insultador: «RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE NUESTROS SEMEJANTES».

Este postulado nos llevara, naturalmente, a la cristalización de la SEGUNDA FUERZA (es decir, al Cristo en nosotros), hará que el CRISTO venga a tomar forma en nosotros. Es un postulado sublime, esotérico en un ciento por ciento...

Ahora bien, si del mundo físico no conocemos sino las impresiones, entonces (propiamente) el mundo físico no es tan externo como creen las gentes. Con justa razón dijo Don Emmanuel Kant: «lo exterior es lo interior». Así, pues, si lo interior es lo que cuenta, pues debemos transformar lo interior (las impresiones son interiores)

Así, pues, todos los objetos, las cosas, todo lo que vemos, existe en nuestro interior en forma de impresiones. Si, por ejemplo, nosotros no transformamos las impresiones, nada cambia en nosotros. La lujuria, la codicia, el odio, el orgullo, etc., existen en forma de impresiones (dentro de nuestra psiquis) y vibran incesantemente.

El resultado mecánico de tales impresiones, han sido todos esos elementos inhumanos que llevamos dentro, y que normalmente los hemos llamado Yoes (los yoes, que en su conjunto constituyen el mi mismo, el si mismo, ¿verdad?)

Supongamos que un individuo, por ejemplo, ve a una mujer provocativa y no transforma sus impresiones. El resultado será que las mismas (de tipo naturalmente lujurioso), exigen en él, pues, un deseo de poseerla.

Tal deseo viene a ser el resultado mecánico de la impresión recibida, y se plasma, viene a cristalizar, a tomar una forma en nuestra psiquis, se convierte en un agregado mas, es decir, en un elemento inhumano, en un nuevo yo de tipo lujurioso que viene a agregarse a la suma (existente ya) de elementos inhumanos que, en su totalidad, constituyen el EGO, el mi mismo, el si mismo.

Pero vamos a seguir reflexionando... En nosotros existe ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza y gula. Ira, ¿por que? por que muchas impresiones llegaron a nosotros, a nuestro interior, y nunca las transformamos.

El resultado mecánico de tales impresiones, pues fue la ira, fueron los yoes que aun existen, viven en nuestra psiquis, y que constantemente, pues, nos hacen sentir Coraje.

Codicia. Indubitablemente, muchas cosas despertaron en nosotros la codicia: el dinero, las joyas, las cosas materiales de todo tipo, etc. Esos objetos llegaron a nosotros en forma de impresiones.

Nosotros cometimos el error de no haber transformado esas impresiones, por ejemplo en otra cosa diferente: en una admiración por la belleza, o en altruismo, o en alegría por el dueño de tales o cuales cosas, en fin... ¿y que? pues que tales impresiones no transformadas, naturalmente se convirtieron en yoes de codicia que ahora cargamos en nuestro interior.

En cuanto a la Lujuria, ya dije que distintas formas de lujuria llagaron a nosotros en forma de impresiones, y surgieron (en el interior de nuestra mente) imágenes, dijéramos, de tipo erótico, cuya reacción fue la lujuria.

Como quiera que nosotros no transformamos entonces esas ondas lujuriosas, esas vibraciones lujuriosas, esas impresiones, ese SENTIR LUJURIOSO, ese EROTISMO MALSANO, no bien entendido (porque bien entendido, ya dije que el erotismo es sano), naturalmente que el resultado no se hizo esperar: fue completamente mecánico, nacieron nuevos Yoes dentro de nuestra psiquis (de tipo, claro esta, morboso).

Así, pues, hoy en día nos toca trabajar sobre las impresiones que tenemos en nuestro interior y sobre sus resultados mecánicos. Dentro, tenemos impresiones de ira, de lujuria, de envidia, de orgullo, de pereza, de gula, etc., etc., etc.,(y otras tantas hierbas). También tenemos, dentro, los resultados mecánicos de tales impresiones: manojos de yoes pendencieros y gritones que ahora necesitamos comprender y E-LI-MI-NAR.

Todo el trabajo sobre nuestra vida, versa pues en saber transformar las impresiones y también en saber eliminar, dijéramos, los resultados mecánicos de las impresiones no transformadas en el pasado.

El mundo exterior, propiamente no existe; lo que existe es lo interno. Las impresiones son interiores, y las reacciones (con tales impresiones) son de tipo completamente interior. ¿Quien podría decir que esta viendo a un árbol en si mismo? No, estará viendo la IMAGEN DEL ARBOL, pero no al árbol. La COSA EN SI, como decía Don Emmanuel Kant, nadie la ve; se ve la imagen de la cosa, es decir, surgen en nosotros las impresiones sobre un árbol, sobre una cosa.

Estas son internas, son de adentro, son de la mente. Si uno, por ejemplo, no hace una modificación de sus propias impresiones internas, el resultado mecánico no se deja esperar: es el NACIMIENTO DE NUEVOS YOES que vienen a esclavizar, aun mas a nuestra esencia, a nuestra conciencia; que vienen a intensificar el sueño en que vivimos.

Cuando uno comprende que, realmente todo lo que existe dentro de uno mismo (Con relación al mundo físico), no son más que impresiones, comprende también la necesidad de transformar esas impresiones, y al hacerlo, se produce una transformación total de uno mismo.

No hay cosa que más duela, por ejemplo, que la CALUMNIA, o las palabras de un insultador; pero si uno es capaz de transformar las impresiones que le producen a uno tales palabras, esas quedan entonces como un cheque sin fondo.

Ciertamente, las palabras de un insultador no tienen más valor que el que les da el insultado. Si el insultado no le da valor a tales palabras, las mismas quedan sin valor (repito, aunque me haga cansón: quedan como un cheque sin fondo).

Cuando uno comprende esto, transforma entonces las impresiones de tales palabras, por ejemplo en algo distinto: En amor, en compasión por el insultador, y eso (naturalmente) significa TRANS-FOR-MA-CION...

Así, pues, necesitamos estar transformando (incesantemente) las impresiones, no sólo las presentes, sino las pasadas. Dentro de nosotros existen muchas impresiones (que cometimos el error, en el pasado, de no haber transformado) y muchos resultados mecánicos de las mismas, que son los tales «Yoes» que ahora hay que desintegrar, aniquilar, a fin de que la conciencia quede libre y despierta.

Quiero que ustedes reflexionen (profundamente) en lo que estoy diciendo: las cosas, las personas, no son más que impresiones dentro de ustedes, dentro de su mente. Si transforman esas impresiones, se transforma la vida de ustedes.



Cuando hay,(por ejemplo) ORGULLO, eso tiene por basamento la ignorancia. ¿De qué puede sentirse orgullosa, por ejemplo, una persona? ¿De su posición social, de su dinero, de qué? Pero si esa persona, por ejemplo, piensa que su posición social es una cuestión meramente mental, es una serie de impresiones que han llegado a su mente (Impresiones sobre su estado social, o su dinero).

Cuando piensa que tal estado no es más que una cuestión mental, o cuando analiza, pues, la cuestión del dinero y se da cuenta que eso sólo existe (en la mente) en forma de impresiones (las impresiones que produce el dinero, claro está).

Si analiza esto a fondo, si comprende (realmente) que el dinero y la posición social (y demás) no son más que impresiones internas de la mente, por el sólo hecho de comprender que sólo son impresiones de la mente, hay transformación de las mismas; entonces el orgullo por sí mismo cae, se desploma, y nace en una forma muy natural, en nosotros, la humildad.

Continuando así con estos procesos de transformación de las impresiones, diré algo más. Por ejemplo: una imagen de una mujer LUJURIOSA llega a la mente, o surge en la mente. Tal imagen es una impresión, obviamente.

Nosotros podríamos transformar esa impresión lujuriosa, mediante la comprensión. Bastaría con que pensáramos en que la citada imagen es perecedera, en que esa belleza es (por lo tanto) ilusoria.

Si recordáramos, por unos instantes, que esa mujer ha de morir y que su cuerpo se va ha volver polvo en el panteón; si con la imaginación viésemos su cuerpo en estado de desintegración, dentro de la sepultura, sería esto más que suficiente como para transformar esa impresión lujuriosa en CASTIDAD. Así, transformándola, no surgirían (en la psiquis) más «Yoes» de lujuria.

Así, pues, conviene que mediante la comprensión, transformemos las impresiones que surgen en la mente.

Creo que los estimables hermanos van comprendiendo que el mundo exterior no es tan exterior como normalmente se cree. Es interior, pues todo lo que nos llega del mundo, no son más que impresiones internas. Nadie podría meter un árbol dentro de su mente, o una silla, o una casa, o un palacio, o una piedra.

Allí todo, en nuestra mente, no son sino impresiones (eso es todo), impresiones de un mundo que llamamos «exterior», pero que realmente no es tan exterior como se piensa.

Conviene, pues, que todos nosotros vayamos transformando las impresiones mediante la comprensión. Si alguien nos alaba, por ejemplo, ¿Cómo transformaríamos nosotros la VANIDAD que tal adulador podría provocar en nosotros? Obviamente, las alabanzas, las adulaciones, no son más que impresiones que llegan a la mente, y ésta reacciona en forma de vanidad, pero si se transforman tales impresiones, la vanidad se hace imposible.

¿Cómo se transformarían, pues, las palabras de un adulador, esas impresiones de alabanza, en qué forma? ¡Mediante la comprensión! cuando uno realmente comprende que no es más que una infinitesimal criatura en un rincón del universo, de hecho transforma, pues, tales impresiones de alabanza, o de lisonja, en algo distinto.

Convierte tales impresiones, dijéramos, en lo que son: polvo, polvareda cósmica, porque comprende su propia posición.

Ya sabemos que nuestro planeta tierra es un grano de arena en el espacio. Pensemos en la Galaxia en que vivimos, compuesta por miles y millones de mundos... ¿Qué es la tierra? Es una mísera partícula de polvo en ese infinito. ¿Y qué nosotros? Organismos (dijéramos) así, micro-organismos, dentro de esa partícula... ¿Entonces qué? ¿Qué conseguiríamos nosotros con estas reflexiones? CAMBIAR (es claro) y esto, obviamente, produciría una transformación de las impresiones que se relacionan con la lisonja, la adulación, la alabanza, y no reaccionaríamos (como resultado) en forma de orgullo, ¿Verdad?.

Tanto más reflexionemos en esto, vemos más y más la necesidad de una transformación completa de las impresiones...

Todo lo que vemos (externo) , es interior. Luego, si no trabajamos sobre lo interior, vamos por el camino del error, porque no modificaríamos entonces nuestra vida. Si queremos ser distintos, necesitamos transformarnos íntegramente, y si queremos transformarnos, debemos empezar por transformar las impresiones. Ahí está la clave para la transformación radical del individuo.

En la misma transmutación sexual, hay transformación de las impresiones. Transformando las impresiones animales, bestiales, en elementos de la devoción, entonces surge (en nosotros) la transformación sexual: la TRANSMUTACIÓN.

Creo que ustedes me han comprendido y por hoy llegaremos hasta esta parte, pues, de nuestro discurso. Espero que los que escuchen esta cinta, tengan la amabilidad de analizarla, de comprenderla...


Samael Aun Weor

On lunes, agosto 31, 2020 by V.M. SAMAEL AUN WEOR in    No comments

Amigos, hemos asistido a un evento extraordinario, ciertamente el drama de Quetzalcoatl resplandece en la noche aterradora de todas las edades, es el mismo drama que se presentara en los Misterios de Eleusis, los Mistos, los iniciados; es el mismo drama que representara públicamente sobre las calzadas de Jerusalén el Gran Kabir Jesús.


No podía faltar en México, la tierra sagrada de los tiempos antiguos, el drama cósmico ya bosquejado aquí en forma extraordinaria.

Obviamente, Quetzalcoatl resplandece en el Cosmos inefable, es el Logos, Unidad múltiple perfecta.  Quetzalcoatl es también Mitra, es Hermes Trismegisto el tres veces grande Dios Ibis de Thot; es, en realidad de verdad, el sol espiritual.  Quetzalcoatl es la serpiente emplumada, la serpiente mística de los misterios Orficos, de los misterios de Egipto, de los misterios de los cambires y de los misterios del glorioso México antiguo y arcaico.

No es Quetzalcoatl un personaje meramente mitológico, como suponen los ignorantes ilustrados, no, Quetzalcoatl es el mismo principio cósmico que puso en existencia el Universo; es la palabra, es el Verbo de Juan.  Con justa razón dijo Juan: “Y en el principio era el verbo y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios; por él todas las cosas fueron hechas y sin El nada de lo que es hecho hubiera sido hecho”. 

Quetzalcoatl es el verbo mismo, la palabra encarnada.  Antes de que el Universo existiera Quetzalcoatl existía.

Quetzalcoatl es la serpiente emplumada que se revolvía entre la polvareda cósmica, es el Omeyocan, cuando apenas comenzaba a amanecer la vida sobre este sistema solar, Quetzalcoatl en sí mismo es el Logos Platónico, el Cristo Hebraico, el Vishnú Indostánico.

Quienes no conocen la sabiduría hermética, quienes nunca en verdad han hecho un estudio sobre cosmogénesis, quienes nunca estudiaron antropología gnóstica, ésos que creen que saben demasiado, cuando en realidad de verdad ignoran la religión sabiduría de los tiempos arcaicos, piensan que Quetzalcoatl es un mito, un ídolo y hasta lo miran con desdén.

Señores, ha llegado el momento en que nosotros pasemos por una gran revalorización de principios, ha llegado el instante en que nosotros entendamos claramente que Quetzalcoatl nos indica lo que debemos hacer.  Si nosotros queremos en verdad transformarnos, tenemos un prototipo extraordinario: ¡Quetzalcoatl!  Quetzalcoatl como Logos es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será, es la vida que palpita en cada átomo como palpita en cada sol, es la Palabra.

En realidad de verdad, la palabra es profundamente significativa.  López Portillo, Presidente de la República Mexicana decía, por ejemplo, en su obra maravillosa Don “Q”, que la palabra tiene tres aspectos fundamentales: primero, el sonido; segundo, la representación; tercero, su significación. 

Así que cuando alguien en verdad conoce el valor de la palabra y aprende a manejarla, marcha por el camino de Quetzalcoatl.

Habéis visto representado este drama extraordinario, este drama maravilloso. lncuestionablemente, Quetzalcoatl, el Cristo Mexicano, es el centro fundamental de este drama.  En realidad de verdad, mis queridos amigos, ha llegado un momento para nosotros grandioso, se ha abierto en nuestra inteligencia la primera llamarada de la comprensión, empezamos a entender que el Logos puede ser visto de distintas maneras: Ya desde el ángulo hebraico o desde el ángulo egipcio, como también podemos estudiarlo a la luz del México arcaico.  Quetzalcoatl como Vishnú, como Logos, es el Verbo.

La palabra fue la que dio vida a este Universo, la palabra sostiene a este Universo, el Logos suena, el Logos es música.  La música también es esférica y fluye en todo el panorama cósmico.  Dentro de cada uno de nosotros está latente Quetzalcoatl, dentro de cada uno de nosotros existe la posibilidad de encarnarlo.

Grandioso el drama, el hombre que está en la lejana Tula, el hombre que cae en tentación, que se embriaga con el vino, que fornica y pierde todos los poderes, que se dirige a la tierra roja, a la tierra de los mayores.  El hombre que se ve en el espejo y dice: “Estoy muy viejo”, el hombre que sufre, llora y anda por los caminos del mundo con la cruz a cuestas, ése es Quetzalcoatl.



Al fin ya vieron ustedes la preciosa representación.  Resucita entre los muertos, resplandece gloriosamente en el infinito espacio inconmensurable, es gloria, es luz, es sapiencia.

Nosotros también como Quetzalcoatl, un día perdimos el Edén maravilloso del que nos habla el Génesis hebraico, salimos del Jardín de las Espérides, abandonamos los campos Elíseos cuando caímos en la fornicación animal.  Mas ante nuestra vista hay un guía extraordinario y maravilloso que nos indica el camino de la liberación, ¡ese guía es Quetzalcoatl!

Amigos, la cruz que carga Quetzalcoatl es formidable.  Ese árbol del Universo contiene el secreto mismo de la doctrina Quetzalcoatliana.  Pensemos por un momento en el Lingam vertical y el Yoni horizontal; incuestionablemente, la inserción del Phalus vertical dentro del Cteis formal, hace cruz.  La cruz que cargó sobre sus hombros Quetzalcoatl, la cruz que carga el gran Kabir Jesús también rumbo al calvario, la cruz espléndida de todos los siglos.

Hermanos, incuestionablemente si la cruz es instrumento de tortura y de martirio, también en verdad la cruz es el instrumento de la liberación.  En los tiempos de la antigua Lemuria se conoció la llave del Arca de la Ciencia; los hombres y mujeres aún no habían perdido la inocencia edénica; se reunían en los templos de misterios para reproducirse, mas no se reproducían como se reproducen, las bestias, no se reproducían como se reproduce el animal intelectual, no, se reproducían como se reproducen los hombres verdaderos, se reproducían como se reproducen los Superhombres. 

En ese entonces se aceptaba claramente el don de “Kryashakti”.  Hombres y mujeres se unían para crear y volver nuevamente a crear.  Mas nunca derramaban el vaso de Hermes Trismegisto, el tres veces grande Dios Ibis de Thot, y como secuencia o corolario, la serpiente sagrada ascendía por la espina dorsal de aquellos hombres sagrados; y tenían aquellas criaturas poder sobre el fuego, sobre los aires, sobre las aguas y sobre la perfumada tierra.

Mucho más tarde en el tiempo, los seres humanos cayeron en la degeneración animal y como secuencia o corolario derramaron el vaso de Hermes, perdieron todos sus poderes.


Cayó Quetzalcoatl, sí, cayó pero ahora todos nosotros podemos dirigirnos hacia la tierra roja, hacia la tierra de nuestros antepasados, hacia la tierra de nuestros mayores, para lograr nuevamente la luz del esplendor. 


Solamente llegando a esa tierra bendita lograremos la resurrección y aparecerá entonces la figura de Quetzalcoatl dentro de nosotros mismos aquí y ahora.  Nos cubriremos de esplendores, tendremos poder para dominar a los aires, al fuego, a la tierra y a todos los elementos de la naturaleza en general.

Día llegará en que los que sigan la doctrina de la gnosis podrán provocar cambios en la naturaleza, día llegará en que aquéllos que sigan la doctrina de la gnosis lograrán la resurrección de Quetzalcoatl dentro de sí mismos aquí y ahora.

Nosotros, los gnósticos, tenemos la clave de todos los imperios y la llave de todos los poderes, podemos hacer temblar la tierra y mover los huracanes, porque conocemos el secreto de Quetzalcoatl y ese secreto lo ignoran los cerdos del materialismo, ese secreto es el ¡Gran Arcano!

Amigos, me despido de ustedes esta noche y felicito muy sinceramente a todos estos nobles artistas que han aparecido en escena.  En ellos veo la chispa de la genialidad.  Mediante el arte diamantino cargado de sapiencia llegaremos nosotros a todos los rincones de la Tierra.


Llevaremos la gnosis a los lugares más lejanos del mundo. . .


Paz lnverencial


Samael Aun Weor

On lunes, agosto 31, 2020 by V.M. SAMAEL AUN WEOR in    No comments

Bueno, comenzaremos con nuestra plática de esta noche. Ante todo, mis estimados hermanos, se hace necesario saber Vivir. Esto es algo que debemos entender. Cuando platicamos con alguien, este nos cuenta los diversos sucesos de su vida. Nos habla, digamos, de acontecimientos, de lo que le sucedió en determinadas épocas de su historia, como si la vida fuera solamente una cadena de eventos.


No se da cuenta la gente de que además de las circunstancias de la existencia existen también los estados de conciencia. La capacidad para vivir se basa, precisamente, en la forma en que uno acierta a combinar los estados concientivos con las circunstancias de la existencia.

Puede darse el caso de que una circunstancia que pudiera ser feliz no lo sea, debido a que no sabemos combinar el estado concientivo con el evento en sí. Cuando examinamos el mundo en el que vivimos, podemos verificar el hecho contundente, claro y definitivo, de que hay personas que querrían ser felices y no lo son.

Hemos conocido muchos casos concretos de sujetos que tienen una buena casa, un hermoso coche, una magnífica esposa, preciosos hijos y dinero suficiente; sin embargo, no son felices. En cambio, hemos podido ver el caso de individuos pobres, que están necesitados, posiblemente gente trabajadora de pico y pala, que ni gozan de una hermosa mansión, ni tienen más dinero del que se necesita para un día de subsistencia, ni usan un precioso automóvil último modelo; y que, sin embargo, son felices en sus hogares... sus hijos, pobres pero limpios, aseados, y sus esposas hacendosas y sinceras.

Así pues, no es el dinero en sí mismo el que puede darnos la felicidad; todo depende de la forma en que uno sepa combinar los estados concientivos con los sucesos, las circunstancias de la vida práctica.

Si alguien, colocado en magníficas condiciones, no está a la altura de las circunstancias, no sabe combinar inteligentemente los estados concientivos con el medio en que se desenvuelve y vive, incuestionablemente será un desdichado. Empero otro que, aunque esté en circunstancias difíciles, sabe combinar los hechos de su vida práctica con sus estados de conciencia, logra bienestar, prosperidad, felicidad, etc. Así pues, se hace urgente comprender la necesidad de aprender a vivir sabiamente.

Si queremos un cambio definitivo de las circunstancias de la vida, se hace necesario que tal cambio se verifique primero dentro de nosotros mismos, si internamente no modificamos nada, externamente la vida continuara con sus dificultades. Ante todo es necesario hacernos dueños de sí mismos. Mientras uno no sepa gobernarse a sí mismo, tampoco podrá gobernar las circunstancias difíciles de la existencia.

Cuando contemplamos los diversos acontecimientos de la vida, cuando vemos este orden de cosas, podemos evidenciar que las gentes son verdaderas máquinas, que no saben vivir. Si alguien les insulta, reaccionan furiosos; si alguien les saluda, sonríen dichosos. Resulta muy fácil para cualquier perverso jugar con las máquinas humanas.

Puede hacerles pasar de la tristeza a la alegría y viceversa con sólo decirles unas cuantas palabras. Qué fácil les resulta ¿verdad? Basta con que nos insulten para estar reaccionando. Basta con que alguien nos dé unas palmaditas en el hombro para sonreír contentos. No sabemos gobernarnos a sí mismos, otros nos gobiernan, y eso de hecho es lamentable.

Es necesario comprender qué es la mente y qué es el sentimiento y el sentimentalismo. Si estudiamos al Ser juiciosamente, veremos que la mente no es el Ser. En la Teosofía se habla mucho del Cuerpo Mental. Las diversas escuelas de pensamientos le citan. No queremos con esto decir que todos los humanoides posean ya el vehículo mental. Habrá MANAS, como se dice en Sánscrito, o sea, substancia mental depositada en cada uno de nosotros. Pero eso no es poseer realmente el vehículo de la mente.

En todo caso, la mente, sea que el ser humano posea ya tal vehículo, o que esté comenzando a crearlo, o que aún no lo tenga, no es más que un instrumento de manifestación, pero no es el Ser.

El sentimiento tampoco es el Ser. En un pasado me sentí inclinado a creer que el sentimiento en sí mismo correspondía, de verdad, al Ser. Más tarde, después de severos análisis, me he visto en la necesidad de rectificar tal concepto. Obviamente el sentimiento deviene del Cuerpo Astral en los seres humanos. Podría objetárseme diciendo que no todos poseen ese precioso vehículo QUTEZJANO, y en eso estamos de acuerdo, mas si existe la emoción, la substancia correspondiente de cada uno de nosotros. De hecho, sea que se tenga el vehículo sideral o no, deviene, claro está, eso que se llama sentimiento.

En su aspecto negativo, el sentimiento nos convierte en entes demasiado negativos. Mas, en sí mismo, el sentimiento no es tampoco el Ser. Puede pertenecer al Centro Emocional, pero no es el Ser. La mente tiene su centro, el Centro Intelectivo, pero no es el Ser. El centro de la mente, el intelectivo, está en el cerebro, eso es obvio, pero no es el Ser.

El sentimiento, que corresponde al Centro Emocional o al Cerebro Emocional, está en la región del plexo solar y abarca hasta los centros simpáticos y el corazón, pero no es el Ser. El Ser es el Ser, y la razón de ser del Ser es el mismo Ser.

¿Por qué hemos de dejarnos llevar por los centros de la máquina? ¿Por qué permitimos que el Centro Intelectual o Emocional nos controlen? ¿Por qué hemos de ser esclavos de esta maquinaria? Debemos aprender a controlar todos los centros de la máquina, debemos convertirnos en amos, en señores.

Hay cinco centros en, la máquina, estos son: el Intelectual, (que es el primero), el Emocional (segundo), el Motor (tercero), el Instintivo (cuarto), y el Sexual (quinto). Mas los centros de la máquina no constituyen el Ser. Así pues, ni la mente, ni el sentimiento son el Ser.

¿Por qué sufren los seres humanos? Porque permiten que el pensamiento y el sentimiento intervengan en las diversas circunstancias de la vida. Si nos insultan, reaccionamos de inmediato insultando. Si hieren nuestro amor propio, sufrimos y hasta nos encolerizamos cuando contemplamos todo el panorama de la vida, podemos evidenciar claramente que hemos sido, digamos, leños en el océano, debido precisamente a que hemos permitido que, en las diversas circunstancias de nuestra existencia, se entrometan siempre la Mente y el Sentimiento.

No le hemos dado oportunidad a la Esencia, al Ser, para que se exprese a través de nosotros. Siempre hemos querido resolver las cosas por nuestra cuenta. Reaccionamos ante cualquier palabrita dura, ante cualquier problema, ante cualquier dificultad. Nos sentimos heridos cuando alguien nos lastima o contentos cuando cualquiera nos alaba. Hemos sido víctimas de todo el mundo. Todo el mundo ha jugado con nosotros. Hemos sido, dijéramos, leños entre las embravecidas olas del gran océano. No hemos sido dueños de sí mismos.

¿Por qué nos preocupamos? Me pregunto y les pregunto a Uds. «Por un problema», me dirán. La Preocupación, mis caros hermanos, es un hábito de muy mal gusto, de nada sirve, nada resuelve. Uno tiene que aprender a vivir de instante en instante, de momento en momento. ¿Por qué ha de preocuparse uno? Así pues, ante todo, no permitamos que la mente y que los sentimientos se entrometan en las diversas circunstancias de la vida.

La personalidad humana debe tornarse tranquila, pasiva. Esto, implica, de hecho, una tremenda actividad de la Conciencia. Esto significa aprender a vivir conscientemente. Esto significa poner las bases para el Despertar.

Todos quisieran ver, oír, tocar o palpar las grandes realidades de los Mundos Superiores. Naturalmente ¿cómo podrían los dormidos convertirse en experimentadores de las grandes realidades? ¿Cómo podrían aquellos que tienen la conciencia en sueños ser investigadores de la vida en las regiones suprasensibles de la naturaleza y del Cosmos? Si despertamos Conciencia podríamos comprobar el hecho concreto de que el mundo no es tal como lo estamos viendo.

Muchas veces he dicho, y os lo vuelvo a repetir, que todas aquellas maravillas que figuran en aquel libro de «Las Mil y Una Noches», todos esos prodigiosos fenómenos de la antigua Arcadia, todos esos milagros de la Tierra primigenia, de aquellos tiempos en que los ríos de agua pura de vida manaban leche y miel, no han concluido. Siguen sucediéndose, de instante en instante, de momento en momento, aquí y ahora.

Podría objetárseme diciendo que si eso es así ¿por qué no lo vemos? ¿Por qué no presenciamos lo insólito? ¿Por que no se nos da la posibilidad de experimentar esas maravillas? La respuesta es la siguiente: Nadie nos impide ver y oír lo que acaece a nuestro alrededor. Si tales fenómenos no son perceptibles en este momento pera nuestros sentidos exteriores, se debe a un solo motivo, y por cierto muy grave, estamos en estado de hipnosis... dormidos. Al sujeto en trance hipnótico se le hace incapaz la percepción de tales fenómenos.


Mucho se ha dicho sobre el abominable órgano KUNDARTIGUADOR, órgano fatal que la humanidad tuvo en los antiguos tiempos. No se ha perdido del todo. Bien sabemos que aún existe un residuo óseo en lo más inferior de la espina dorsal. Nadie lo ignora. Tal residuo pertenece al abominable órgano KUNDARTIGUADOR y posee, entre otras cosas, un poder hipnótico formidable.

Esa corriente hipnótica general, colectiva, es fascinante. Si vemos a alguien, por ejemplo, vestido con extravagancias por la calle, no sentimos asombro, decimos sencillamente: «¡Qué sujeto más excéntrico!» Otro que vaya con nosotros dirá, «Así está la moda». El de más allá exclamará: «He ahí un hippie». Y un anciano que pase por la banqueta de enfrente se limitara a pensar, «¡Cómo esta la gente de la nueva ola!». Pero uno y otro están en estado de hipnosis, y eso es todo.

Sometan Uds. a cualquier sujeto X a un sueño hipnótico profundo, díganle luego que esta en medio del océano que se desvista porque si no se va a ahogar y lo verán Uds. desvestirse díganle que es un gran cantante y lo verán Uds. cantando aunque en realidad solo dé alaridos. Díganle que se acueste en el suelo y se acostara que se pare de cabeza, y se parara porque esta en estado de Hipnosis.

Hice, hace poco, un viajecito hasta el puerto de Vallarta (México). Allí existe, como en Acapulco, un barco para los visitantes. No tuve inconveniente alguno para comprar el pasaje que hubo de llevarnos hasta una playa cercana. El trayecto fue ameno, delicioso. Navegar en el Océano Pacifico resulta agradable. Había allí cierto caballero de animador que hizo de hipnotizador.

Cuando sonaron los instrumentos del conjunto dijo a la gente que bailaran, y bailaron; que se tomaran de las manos, y todos se tomaron de las manos; a los novios que se besaran, se besaron; lo único que le faltó a aquel hombre, a aquel hipnotizador improvisado, fue decirles que se pararan de cabeza. Todo lo que él ordenaba se hacia.

Era de reírse uno, y admirarse al mismo tiempo de las maravillas que hacía el hipnotizador. Cómo jugaba con los pasajeros, cómo los hacía reír, cómo los hacía saltar, cómo los hacía dar vueltas, etc. etc., etc. Claro, yo, un sujeto que estoy acostumbrado a estar en estado de alerta percepción, alerta novedad, me limité exclusivamente a ver a esos tontos en estado de Hipnosis.

Observen Uds. la propaganda, «compre Ud. tal remedio, infalible contra, la tos». Cada anuncio da órdenes al pueblo hipnotizado para que vaya a tal o cual lugar, para que compre tal o cual jabón, tal o cual perfume; para que visite tal o cual consultorio, etc., etc., etc. Y la gente se mueve bajo las órdenes de los hipnotizadores, los cuales, a su vez, están. también hipnotizados por otras gentes y por otras multitudes. Como las mismas muchedumbres, todos andan en estado de trance hipnótico.

Ciertamente es lamentable, pero cuesta trabajo saber quien está en estado de hipnosis. SI la gente se lo propusiera, podría despertar de ese estado tan lamentable, pero, desgraciadamente no se lo propone nadie. Cuesta pues, repito, mucho descubrir el estado de hipnosis en que uno se halla.

Uno viene a darse cuenta de que circula el hipnotismo cuando la fuerza hipnótica fluye más rápido, cuando se concentra en determinado lugar, cuando Se hace una sesión de hipnotismo. Fuera de tal momento uno no se da cuenta de, que está en estado de hipnosis. Si uno pudiera despertar de ese sueño en que se halla, vería entonces los fenómenos maravillosos que desde el principio del mundo se han sucedido a su alrededor.

Yo conozco fenómenos tan sencillos, cualquiera puede verlos. . . son físicos, materiales, están a la vista de todo el mundo, y sin embargo, la gente, viéndolos no los ve. Podrían decirme ustedes, y con justa razón, o podrían exigirme para hablar más claramente, «si eso es así ¿por qué no nos menciona siquiera uno?» Motivos: Si yo les mencionara a Uds. cualquiera de los fenómenos, los verían de inmediato. Son perceptibles a simple vista. Mas morirían Uds. porque resulta que todos esos fenómenos, actualmente corresponden a fuerzas y prodigios y están celosamente vigilados por ciertos elementales, muy fuertes, que, al sentirse descubiertos, causarían la muerte de los curiosos.

Como no tengo ganas de crearme un panteón por mi cuenta, me veo en la necesidad de callar. Así pues, hermanos, se hace necesario despertar, si es que quieren percibir las grandes realidades de la vida. Mas sólo es posible despertar sabiendo vivir. ¿Cómo podría despertar alguien que es un juguete de los demás?

Si yo les insultara a Uds. en este instante, estoy seguro de que no me tolerarían; protestarían violentamente, y los mejores de Uds. se retirarían de inmediato. Vean cuan fácil es hacerlos cambiar; basta con que yo les diga una palabrita dura y ya se ponen sonrojados y furiosos. Ahora, si quiero halagarlos, me basta con decirles palabritas dulces y ya están contentos; es decir, Uds. son víctimas de las circunstancias.

No son dueños de sí mismos y eso es lamentable... de verdad. De manera hermanos que el que quiera ser amo de sí mismo debe empezar por no permitir que la mente y los sentimientos intervengan en los asuntos de la vida práctica. Claro, esto requiere, repito, una tremenda pasividad de la personalidad y una espantosa actividad de, la Conciencia. Precisamente eso es lo que necesitamos: actividad de la Conciencia cuando la conciencia se vuelve activa sale de su letargo, y entonces es obvio que viene el despertar.

Ante todo debemos comenzar por no hacer lo que los demás hacen. Cuando voy a los restaurantes con toda mi gente, puedo evidenciar, a la hora de la comida, el hecho de que todos pasan al baño a lavarse las manos. Seré pues bastante cochino y sucio, pero yo no paso a lavarme las manos.

Cuando se me interroga sobre el motivo por el cual no lo hago, respondo: «Sencillamente porque a mi no me gusta hacer lo que hacen los demás, es decir, no me gusta ser máquina». De manera que silos demás se paran de cabeza, ¿yo también tengo que pararme de cabeza? Si los demás andan en cuatro patas, ¿yo también tengo que andar en cuatro patas? ¿Por qué?

Necesitamos convertirnos en individuos; y eso solamente es posible «Desegoistizándonos» y no permitiendo que la mente y los sentimientos se entrometan en las distintas circunstancias de la existencia.


Cuando comenzamos con este trabajo, cuando aprendemos a volvernos tremendamente pasivos para darle oportunidad a las grandes actividades de la conciencia, vemos que todo cambia. Quiero citarles un caso concreto: Hallábame en una casa, no importa cual. Uno de los «niños bien» de aquella casa andaba por ahí por esas calles del mundo convertido en nada menos que un Don Juan Tenorio, hizo de las suyas, por allá, con una muchachita. Conclusión, intervienen los familiares de ésta.

Claro, se presentan en esa casa los mismos; buscan al «nene de mamá», «al niño bien». Travieso, sí, y enamorado ¿Parrandero y jugador? No lo sé. Solamente sé que es un verdadero Don Juan. El padre de la dama viene, naturalmente, con intenciones de balacear al joven. Nadie se atreve a salir, sólo yo que estoy ahí. Hago acto de presencia. Como se me ha dado la oportunidad de mediar, la aprovecho.

El furioso jefe de familia llama al jovencito aquel para que salga a la calle. Detengo al jovencito, y hago entrar al jefe de familia ofendido. Con gran dulzura y amor insto al ofendido y al Don Juan a sentarse un momento, y claro, ambos toman asiento. Junto con el jefe viene una señora, comprendo que se trata de la madre de la dama. Hay palabras terribles. No falta sino sacar la pistola y dispararla.

Sin embargo le digo al señor, con buenas maneras: Es posible arreglar todo. Mediante la comprensión todo se puede solucionar. Con matar no se resuelve ningún problema.

Aquel hombre se sintió sorprendido. No pensaba que en aquella mansión hubiera alguien tan sereno y tan tranquilo. Hay conversaciones, intercambio amistoso entre el jefe y el Don Juan; todo se arregla y se marcha el ofendido llevándose su pistola sin disparar un tiro. Todo se arregló. ¿Por qué? Porque yo puse un estado de conciencia superior a aquel evento al servir de mediador. Mas si yo hubiera aconsejado a aquellas personas a proceder con violencia, si yo mismo, dándomelas de muy buen amigo, hubiese respondido con palabras duras, las circunstancias hubieran sido diferentes y Don Juan hubiera ido a parar al panteón y estas dos familias se hubieran llenado de luto y de dolor.

De manera que las circunstancias de la vida dependen de nuestros estados de conciencia. Cambiando uno su estado de conciencia cambian las circunstancias, eso es todo. No podrían cambiar las circunstancias de la vida si no cambiamos antes nuestros estados de conciencia. Los invito pues, a Uds., a la reflexión más profunda.

Como vayamos permitiendo que se manifieste la conciencia, como vayamos controlando la mente y el sentimiento para que no metan sus narices en donde no deben, el resultado será maravilloso porque, a medida que la conciencia se halla activa, el proceso del despertar se acentúa. No solamente cambian todas las circunstancias que nos rodean, sino además comenzamos a notar que en las horas en que cuerpo físico duerme, trabajamos y vivimos, digamos, fuera del cuerpo físico en forma más consciente.

Y así, a medida que la personalidad se va haciendo más y más pasiva, a medida que la mente y el sentimiento van siendo controlados para que no se metan en donde no deben, el despertar será cada vez mayor y así terminaremos convirtiéndonos en grandes investigadores de la vida en los mundos superiores. Quien quiera despertar ha de hacerlo aquí y ahora. Quien despierta aquí y ahora despierta en todos los rincones del Universo. Bien, mis caros hermanos, hasta aquí con esta plática. ¡Paz Inverencial!

Samael Aun Weor